Hernández Barroso, Iris Zoraida (Mrs. Resto)

IRIS Z HERNANDEZ MRS RESTO (2)

SEMBLANZA

IRIS ZORAIDA HERNANDEZ BARROSO: MRS. RESTO

Por Wilhelm Hernández Hernández

Cuando una mujer buena consagra toda su vida a la enseñanza, con vocación natural, se puede decir de ella que alcanzó su plenitud como Maestra. Este es el caso de Mrs. Resto como le conocen a doña Iris Zoraida Hernández Barroso.

Mrs. Resto pertenece a una generación de jóvenes puertorriqueñas y puertorriqueños, quizás la última hasta la fecha,  que se iniciaron en el magisterio cuando apenas alcanzaban la edad oficial de adultos. Entonces el país estaba ávido de aprender, desde los niños hasta los mayores iletrados que no habían completado la escuela o ni siquiera habían asistido a ella. Nuestra maestra, objeto de este reconocimiento, entra al salón con la misma apariencia de adolescente que sus educandos, con alrededor de dieciséis años de edad y quizás más asombrada y asustada que sus alumnos. 

Iris Zoraida o Zory como le conocen, va tan de prisa en sus estudios primarios y secundarios como Vanessa García en la natación. Hace su tercer grado en la Escuela Vicente Valle y el sexto en una escuelita del barrio Yeguada. Con la anuencia de sus padres, se muda a San Juan al cuidado de una tía, para cursar los grados intermedios en la Escuela Ramón Vila Mayo y superior en la Escuela República de Colombia. A los quince años de edad obtiene su prestigioso Diploma de Cuarto Año, y sin estar exenta de saltos al recibir la noticia, era aceptada en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras;  aspiración por excelencia de todo joven estudiante. De este campus sale con un Grado Asociado en Educación Elemental, lo que hoy se diría una carrera corta para ingresar rápidamente al necesario mundo asalariado.

En 1961, recibe de sus padres, don Juan Hernández Pino y doña Elena Barroso, la autorización para que su hija, aún menor de edad pero con mayoría de deseos, se iniciara en la Escuela José Otero, radicada en Morovis. Esto representaba madrugar a las cuatro de la mañana y viajar en escalas de cuatro carros públicos; por el momento era algo impensado hacerse de un automóvil con el salario de maestro como se le denominaba en forma irónica a la paga recibida; situación que no ha cambiado mucho desde aquella época.     

Más adelante, Iris Zoraida pasa a trabajar a una escuela en Quebrada Arenas. Es maestra de escuela elemental, pero el magisterio y “San Valentín” no están encontrados; al contrario mientras más florece el amor genuino a la salida del aula, más se ama el salón de clase. Es el tiempo en que aparece en escena Pedro Resto Tirado, de quien no debió conocer en un principio ni el primero ni menos el segundo apellido. Pues ocurre que un 4 de abril de 1964,  la maestra de escuela elemental contrae matrimonio con Pedro de quien ya conocía ambos apellidos.

Desde entonces es maestra, esposa y, más adelante madre y abuela. En lo académico, Mrs. Resto, continúa dedicándose a lo que era su vocación. Labora durante dieciocho años en la Escuela Rosa M. Rodríguez; completa estudios de maestría en Administración y Supervisión; en 1984, es nombrada Directora de las escuelas Ofelia Díaz Rodríguez, Eugenio María de Hostos y Centro Comunal, hasta que finalmente asume la dirección de esta última solamente.  En lo familiar, nacen sus hijos Abner y Elena, y con el paso del tiempo sus nietos.

 Con un término de servicio que lo extiende por cerca de medio siglo, Mrs. Resto bien se ha ganado a plenitud su retiro para dedicarse de lleno a su familia extendida, sin que haya perdido un ápice de su formación y vida de maestra. Como ejemplo, tiene a cargo la catequesis de la iglesia a donde asiste. Es decir, continúa siendo Maestra.  De esas maestras que, al igual que lo hicieron Tapia y Rivera, Hostos, Díaz Alfaro y, más cercanos a Vega Baja Carmen Rivera de Alvarado y Ángeles Pastor, confiaron plenamente en la Educación como agente de cambio. O como tantos maestros y maestras que en la actualidad continúan esperanzados de que así sea. Mrs. Resto, por el momento paso el batón a su hijo e hija, igualmente maestro y maestra. Por tantas buenas cosas se reconoce como Mujer Destacada de Vega Baja 2013 en la rama de la Educación. 

Marzo 2013



Categorías:Vegabajeñismo

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: