Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Aunque en la zona rural hay vestigios de la influencia española en nuestra ciudad, es en el casco del pueblo donde mejor puede apreciarse el paso de la migración de españoles de toda la península.
Hubo leyes que favorecieron económicamente a varones que se aventuraron a llegar hasta nuestro pueblo. Algunos vinieron solos, otros acompañados de otros hermanos o amigos o con sus esposas e hijos. Para ellos, hay un monumento al migrante en la Calle Julián Blanco Sosa que se erigió en la administración de Luis Meléndez Cano con la ayuda de ciudadanos, especialmente descendientes de españoles.
La presencia de España es evidente. El templo católico que tanto nos llena de orgullo, por ser uno de los mejores de la isla, sigue la tradición europea de construcción de iglesias y catedrales. La idea de un centro urbano con la iglesia y la Casa Alcaldía a cada lado es producto de legislación española.
El comercio es uno de los más influídos por los españoles. La edificación de la Asturiana, ubicada entre la Calle Betances y la Padilla Dávila, tiene un blasón en su parte frontal, posiblemente a semejanza de alguno familiar o el de Asturias. El de La Guardesa, era de unos inmigrantes del municipio de La Guardia, España, en la costa atlántica al norte de Portugal. El antiguo Hotel Las Canarias en la Calle Acosta era propiedad de Luciano Cano, cuyos antecesores y su esposa Felisa Rodríguez, provenían de Islas Canarias. Las familias Lomba, Portela, Arraiza y otras también tienen sus raíces en la España del Siglo XIX y las actuales generaciones aun se vinculan con los familiares de allá. Pablo Eguía Maguregui fue un comerciante exitoso y compartió su éxito con sus negocios de donde salieron otros comerciantes que dieron una vida económica a nuestra ciudad por varias décadas. La Familia Sobrino, también aportó de distintas maneras al movimiento comercial de nuestra ciudad.

Edificio de la Guardesa en la Calle Betances
El vínculo de las familias y de las personas con sus familiares de España les permitió gozar de un estatus social durante el siglo XIX y el principio del Siglo XX. Ya bajo la dominación americana, el interés estaba en Estados Unidos de América, con emigrantes al territorio continental y la relación familiar lejos del abrigo español.
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Yo soy el bisnieto de Pablo Eguía Maguregui. Muy pronto iré a visitar Vega baja. Un saludo desde España.
Serás bienvenido. Don Pablo fue una persona muy importante y querido en nuestra ciudad.