Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Una persona que no reside en Vega Baja vino a visitarnos esta mañana, mientras tertuliábamos en la Escuela de la Historia Vegabajeña. Me hizo remontarme a cuarenta años atrás, cuando nos iniciamos en experiencias con la prehistoria vegabajeña en la Sociedad de Investigaciones Arqueológicas e Históricas SEBUCO.
Nos planteó un asunto olvidado y que al pasar del tiempo parece que está enterrado. Pero no puede ser así. No lo podemos permitir.
Esa ciudadana, que vivió cerca por algunos años, conoce el tesoro que hay en las Cuevas de Carmelita. Pero también conoce el otro lado de la moneda que es que sabiendo las autoridades su valor arqueológico y ambiental, han dejado esa fortuna cultural como un barco a la deriva, por esos mismos ríos subterráneos que corren por el subsuelo. Ella cree que debemos iniciar un movimiento para detener el desastre ecológico y la desaparición de ese recurso y ya ha comenzado a ocuparse de ello, contactando personas e instituciones comprometidas. Así llegó personalmente al recinto de la Escuela de la Historia Vegabajeña y tenemos que apoyarla.
Ha habido negligencia e indiferencia de todos los gobiernos, el federal, estatal y municipal. Ni siquiera lo han considerado para ser uno de los “Parques Nacionales” ni como un atractivo turístico y cultural de nada. Todos tímidamente hemos hecho algo, pero hay que cambiar la tónica y hacerlo todo. Nuestra generación no puede dejar ese asunto inconcluso.
Es tiempo de parar la noria y dejar de dar vueltas en la nada. Hay una propuesta de rescate sobre la mesa y es el momento de atenderla. Es parte de nuestro municipio, de nuestro ambiente, de nuestra cultura, de nosostros.
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El desarrollo ecoturistico de esa cueva esta en mi plan de Gobierno al igual que Otras!