Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
La política es un arte. Es el arte de sumar adeptos a causas para llegar al poder de gobernar. Y el período más caliente en un cuatrenio es precisamente este.
Antes la política partidista era toda una expectativa, una emoción. Eran seres de carne viva, que uno no los veía a menudo y cuando pasaban por nuestro pueblo se convertía en todo un acontecimiento. Hoy día las redes sociales y los demás medios de comunicación absorben la mayor parte del mensaje de los candidatos.
Los políticos son seres humanos, que tienen sensaciones como todos nosotros y ncesidades como el más pobre o ignorante. El único problema es que al tratar de demostrar que son las personas necesarias para gobernar, presentan ideas y dicen promesas imposibles de cumplir.
En esta temporada nuestras calles se llenarán de caras simpáticas en cartones y plásticos pegados a los postes. Veremos palabras escritas y verbales que no se sostienen, pero solo averiguaremos las verdades cuando ya sea tarde.
Hay que darle un valor a la experiencia, a la buena y a la mala. Para eso sirve la historia, para afirmar o reafirmar valores. Los que no tengan que ofrecer, los verán menoscabando a sus adversarios. La política es un arte. Somos los que apreciamos o depreciamos las ofertas, como si viéramos el paisaje de una esculura.
En los próximos días veremos la política como ha pasado por nuestro firmamento vegabajeño a través de la historia.
Categorías:Análisis
Deja un comentario