Por ThomasJimmy Rosario Martínez
Presidente, Salón de la Fama Vega Baja Melao Melao
Siempre he sostenido que el vegabajeñismo existió antes de que acuñáramos la palabra. Para los que no hayan internalizado la existencia de ese estado mental, emocional, intelectual y real, es un sentimiento relacionado con el amor a nuestra ciudad y a los vegabajeños. En él se reconoce nuestro gentilicio de vegabajeño como una fuerza creativa.
1973 fue un año de transición en la historia vegabajeña. Aun existía la guerra fría en el ambiente internacional, enfocada en las peripecias diplomáticas de la Unión Soviética y Estados Unidos de América. En Estados Unidos era presidente uno que habría de dimitir el siguiente año por causa de un escándalo doméstico y en Puerto Rico fue el primer año de la primera oportunidad que tuvo Rafael Hernández Colón en la gobernación.
Vega Baja había experimentado el año anterior el Festival Mar y Sol, siendo foco mundial por los excesos que se dieron entre nuestra parte del terreno y el de Manatí. El jóven sobrino del anterior alcalde, Luis Enrique Meléndez Cano, representaba una experiencia de cambio, la cual tenía un cuadro nuevo de servidores públicos a su lado y un carisma inigualable en su pueblo. El deporte fue, para entonces, una de las empresas exitosas de la nueva administración y su efecto inmediato fue entusiasmo para competir en distintas disciplinas.
Víctor Meléndez Nieves había ganado dos campeonatos en el nivel estatal como dirigente de Manatí. El equipo AA de Vega Baja, que también había hecho su transición de apoderado y de su cuadro decisional, contrató al vegabajeño para servir como tal en esa temporada de 1973. La única ocasión en que Vega Baja había ganado había sido en 1959 y aunque quedaba un reducto de aquel equipo, la mayor parte de la novena y la novena extendida, eran jugadores nuevos, buenos y diferentes, que en las manos de un jugador experimentado y motivante, llevaron al triunfo a Vega Baja.
El conocimiento y carácter de Vitín, fue, a juicio de los jugadores que la época, los factores determinantes en que cada uno de ellos produjera el máximo de su potencial deportivo. Una época de transición a su alrededor tiene que haber influenciado, pero sin duda alguna, un líder como Víctor que probó su excelencia en otros escenarios además del de Vega Baja, tiene que haber sido el punto de enfoque.
Los vegabajeños respondieron de inmediato a la ejecución de sus jugadores y a la dirección de Vitín Meléndez. La historia lo coloca como un mentor, un factor de inspiración para todos los que jugaron con él y para los que lo conocieron por lo que los demás contamos de él. Hay muchos escritos de la época que lo ubican como elemento de transformación histórica, pero aun hay mucho por escribir para los que no lo conocieron.
El Salón de la Fama del Deporte Vega Baja Melao Melao lo menciona siempre, pero en dos ocasiones lo ha elevado al Recinto de los Inmortales. Se supone que un inmortal no puede ser más inmortal que lo que ya ha sido reconocido, pero es que Víctor Meléndez Nievas fue exaltado en su carácter individual por sus hazañas personales y también como parte del equipo que llevó a Vega Baja a celebrar un triunfo y recibimiento de héroe.
En diciembre del pasado año, cuando exaltamos al equipo, lamentablemente, fue uno de los ausentes más sentidos. La última vez que tuve el privilegio de estar con él fue en una actividad celebrada en La Zafra Restaurant en la Playa Puerto Nuevo, en ocasión de la transmisión de un programa de radio con Cheo Carrasquillo.
Por su inolvidable hazaña con el Equipo Vega Baja AA de 1973 ha sido reconocido por nuestra ciudad y por Puerto Rico. Al ser exaltado fuera de Vega Baja, lo coloca entre los vegabajeños cuya labor trasciende a la local. Más inmortal que inmortal.
Hay que sumar el amor que le tiene este pueblo vegabajeño al que le tiene su familia, que por medio de las redes sociales han testimoniado su admiración, aun aquellos nietos que no pudieron disfrutar en tiempo real sus triunfos. La historia les ayuda a conocer por referencia la grandeza de su abuelo.
Víctor Meléndez Nieves merece un tributo final y es el momento de hacerlo. Hoy habrá una oportunidad para reconocerlo y manifestarle nuestro afecto a sus familiares entre las 11 de la mañana y las 11 de la noche, en la Funeraria Fuente de Luz. Mañana a las nueve de la mañana martes lo recibiremos en Casa Portela, donde su nombre honra en dos ocasiones el Recinto de los Inmortales del Salón de la Fama del Deporte Vega Baja Melao Melao. A las once de la mañana estaremos comenzando la trayectoria final al Cementerio.
Los vegabajeños nos sentimos muy agradecidos de este gran ciudadano que marcó, sin lugar a dudas, un espacio de reafirmación y felicidad a nuestra ciudad.
Categorías:Análisis, Vegabajeñismo
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