A las seis de la mañana| Vitín Meléndez hacia la visibilidad permanente

SALON DE LA FAMA DEL DEPORTE TARJAS Y MEMORABILIA olivo azucarado

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez, Presidente

Salón de la Fama del Deporte Vega Baja Melao Melao

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A partir de las nueve de la mañana, estaremos en el Salón de la Fama del Deporte Vega Baja Melao Melao, en Casa Portela, recibiendo en cuerpo presente a Victor Meléndez Nieves, a sus familiares, amigos y conocidos, a los que lo conocen por ser testigos y los que por referencia saben la grandeza de este buen vegabajeño.

Anoche visitamos la Funeraria Fuente de Luz donde se realizaba el velatorio de Vitín. En su espacio material estaba dignamente expuesto, con un distintivo del Ejército de Estados Unidos en su solapa izquierda y una gorra característica de aquello en que se destacó dentro del deporte, que fue el béisbol. Faltaba algo que simbolizara su grandeza en esa rama y me desprendí del prendedor distintivo del Salón de la Fama del Deporte y se lo entregué a uno de sus hijos, con la esperanza de que de alguna manera se incluyera en su viaje final al cementerio. En la distracción de encontrarme con Melvin Nieves, casado con la hija de Vitín, alguien lo colocó en su solapa derecha.

victor-vitin-melendezEn una colección de imágenes que se proyectaba en un televisor que estaba al lado del ataúd, vi el swing de unos músculos fuertes a pesar de su avanzada edad, de la trayectoria humana de una persona que fue perdiendo la memoria  por un proceso natural que a muchos antecede al fallecimiento. En un contraste obvio pero significativo, se veía al Vitín con una figura imponente como dirigente de un equipo importante de la pelota de Puerto Rico y el tierno dirigente del equipo de su familia en el Parque de Jardines de Vega Baja. Sus hijos, Lizzie, Victor Manuel, Ruben Enrique, Maritza y David Manuel  estaban presentes y muchos de la crema del béisbol dominguero habían ya presentado sus respetos.

Hoy en Casa Portela habremos de ejercitar la memoria para que cuando también algún día la perdamos, pueda perpetuarse Víctor Meléndez. Con la bendición que nos provoca que sus familiares permitan su presencia entre nosotros, Víctor visitará el lugar en que nunca estuvo antes porque hace apenas un mes que contamos con nuestro museo en esta nueva localización. Pero allí ha estado Victor por partida doble desde el primer momento y allí estará cuando al filo del mediodía nos despidamos camino el cementerio.

Ayer los miembros de la Junta Directiva nos reunimos con el propósito de dar seguimiento a los preparativos de la cercana Undécima Exaltación a celebrarse el domingo 11 de diciembre en el Teatro América. Como hace poco falleció Omar Brull, comenzaríamos recordando al querido apoderado vegabajeño. Nos corresponde ahora honrar también a Víctor Meléndez, quienes no coincidieron en el año icónico del triunfo de 1973, pero que son representativos de dos épocas importantes y que dan continuidad histórica y relevo generacional en el deporte vegabajeño.

Dentro del órden divino, es también coincidencia que Fidel Castro y Vitín Meléndez hubieran fallecido en el mismo tiempo, habiendo estado nuestro dirigente como parte del equipo nacional en 1973 en Cuba después de ganar el campeonato nacional de Puerto Rico.

Se ha escrito parte de la historia de ese gran moroveño que se convirtió en un excelente vegabajeño. Hoy, de 9  a 12 de la mañana, continuaremos buscando ese recuerdo en la memoria colectiva para perpetuarlo entre nosotros y como es nuestro propósito en el Salón, legarlo a las futuras generaciones. En el Salón de la Fama del Deporte proporcionamos la visibilidad eterna para los que, como Víctor Meléndez Nieves, merecen seguir entre nosotros, como modelos exitosos de vida.

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Categorías:Análisis, Historias, Vegabajeñismo

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