
Entrevistado en su exaltación en el Teatro América
Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
En 2013 el Salón de la Fama del Deporte Vega Baja Melao Melao elevó a su Sala de Inmortales a Iván Rodríguez. La actividad fue conducida por Normando Valentín y Feliciano (Tato) Hernández. Creo que fue la primera vez que se le hizo parte de un salón de la fama en su carreras.
Cuatro años más tarde, se le va a honrar en el Salón de la Fama del Beisbol de Grandes Ligas en Cooperstown y hoy llega a Puerto Rico a recibir honores de instituciones y del gobierno.
A Vega Baja llega el viernes. Plato de segunda o tercer mesa. Y aquí viene a una misa católica donde no estará en contacto con su pueblo porque supone ser una actividad exclusiva para católicos. Luego va al Teatro América que tiene una limitación de cabida para luego salir en una caravana hacia San Juan en el homenaje que se le va a dar.
A alguien se le olvidó la historia. Y se le olvidó que los que conservan la historia en forma permanente deben tener su espacio importante cuando al final de la jornada se recojen los frutos.
A nadie se le ocurrió que donde único se ha honrado permanentemente a Ivan es en el Salón de la Fama del Deporte Vega Baja Melao Melao. Que allí, además de una tarja hay unas rodilleras, peto y careta del Ivan de sus comienzos y archivados muchos recortes de prensa de esa trayectoria. Que la directiva de 2013 dejó sin efecto el reglamento por única vez en su historia para exaltar a un vegabajeño exitoso, aun cuando nadie aseguraba que Iván fuese a ser honrado posteriormente por otras instituciones deportivas, incluyendo Cooperstown o si se superaría el cobarde y fracasado señalamiento de José Canseco sobre alegado uso de esteroides.
Tampoco el Gobierno Municipal, que tanto ha patrocinado al Salón de la Fama del Deporte Vega Baja Melao Melao, pensó en defender una parada en el recinto o siquiera hacer parte de la celebración a esta institución. Doble olvido. Triste olvido.
Categorías:Análisis, Historias, Vegabajeñismo
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