Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
La Escuela de la Historia Vegabajeña trabaja el estudio de las vidas de vegabajeños que han forjado nuestro pasado, presente y deaquellos que tienen planes para el futuro.
El vegabajeño es nuestro objetivo. Nos importan todos, ninguno es descartado ni menoscabado por lo que ha hecho o ha dejado de hacer. Lo bueno, lo malo y lo que no podemos entender es importante para lograr un panorama mejor que el que tenemos. Conociendo la historia, tenemos los elementos para mejorar, no repetir errores y contar con un futuro más promisorio.
Nuestra agrupación es una corporación sin fines pecuniarios. Actualmente se sostiene con la aportación económica única de sus socios, quienes no tiene una cuota obligatoria y que sólo se les requiere tener interés por la historia vegabajeña. Hemos sido afortunados con la abundancia mínima necesaria para realizar nuestros objetivos en forma continua. Desde luego, hemos sido responsables en hacer actividades de enriquecimiento cultural y de crecimiento individual de acuerdo a nuestras limitaciones.
Toda buena iniciativa individual es bienvenida. Hacemos un plan para corto o largo plazo y la programamos de acuerdo a la diversidad de los intereses. Muchas de las personas que han hecho historia nos han apoyado, lo que nos permite contarla.
La forma en que presentamos la historia depende de la persona. Cuando trabajamos con Nicolás (Tilín) Pérez Urbistondo creamos el concepto de biografía pública, donde tuvimos dos sesiones privadas con Tilín, producimos un documental y luego hicimos una actividad pública donde contamos nuestros hallazgos y nuestro invitado contestó preguntas e interactuó con el público. El resultado está para la historia en Youtube y en el Salón de la Fama del Deporte Vega Baja Melao Melao, donde fue exaltado recientemente. Un Tilín agradecido y confiado en nuestra forma colectiva de investigar y divulgar la historia, donó su colección de documentos, recortes de periódicos y objetos que estamos catalogando y preparando para el Museo del Deporte y los archivos históricos del Salón de la Fama y la Escuela de la Historia Vegabajeña.
Otras vidas las hemos trabajado en forma más discreta, desde la investigación secreta a la presentación en nuestras memorables “clases” de los miércoles en la noche. En un ambiente un poco hostil, como con humor reconocemos, porque hay un poco de calor y sonidos en la calle y la Plaza, sobrevivimos con el deseo de aprender, aportar al conocimiento y compartir en forma agradable y pedagógica.
El proyecto de las Memorias de Luis Meléndez Cano cayó como parte de la lista original de personas a invitar para ofrecernos el recuento de su vida y su obra. En el transcurso fallecieron Julio Reyes, Manolo Meléndez, Jaime Rodríguez Pérez, Julio Meléndez y otros que nos hubiera gustado compartir su experiencia. Entre los que creamos el instrumento cultural nos precedieron en la transición Héctor Figueroa Casanova y Juan Carlos Rosario. Ambos, reconociendo la importancia de nuestra misión, nos hicieron importantes donaciones de su capital cultural que nos han ayudado a mantener la llama de la investigación histórica entre nuestros miembros.
En el caso de Luisito, éste goza de una buena salud física y mental y de un carácter agradable y positivo. Esto nos permite una interacción maravillosa para poder planificar el comienzo de un eventual largo trabajo. Y aunque pensamos que su ahijado, el excelente historiador José Luis Colón González, es la persona lógica para recoger la labor de este extraordinario vegabajeño y lo exhortamos personalmente a hacerlo, creemos que en cualquier momento podrá darse esa importante tarea que sólo una persona tan cercana puede realizar con más autoridad. Nosotros solo sembramos una semilla con la esperanza que germine y mantendremos la pluma abierta para todo aquel que quiera beber de la fuente del saber.
Hemos dicho que esto es el comienzo de un largo trabajo de investigación histórica. Tiene que serlo porque dentro de su sencillez aparente, Luis es uno de los grandes vegabajeños de todos los tiempos. Podemos quererlo, criticarlo o hasta odiarlo, pero no ignorarlo. Su historial está ahí, con lo bueno y lo equivocado que pudo haber sido. Fue un hombre exitoso aunque no fuera perfecto. Tuvo aciertos y desaciertos, pero una persona de acción constante, inteligente y que en todos los aspectos de la acción humana por medio siglo lo encontramos haciendo aportaciones. Sabemos que será motivo de muchos trabajos futuros porque es un individuo que ha sobresalido en su mundo social local y fuera de nuestra ciudad.
Para Luis y para nosotros, es el tiempo de la reflexión. Tendremos el beneficio de su generosa visión en una época de su vida descargada de obligaciones públicas. Es un evento único que no se ha dado nunca en nuestra historia vegabajeña pero que de alguna manera, las buenas costumbres comienzan.
Categorías:Análisis, Vegabajeñismo
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