Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Con una idea que tiene más de cuatro décadas de concebida, la Escuela de la Historia Vegabajeña aprobó el pasado año iniciar los primeros pasos para crear en Vega Baja el Museo Antropológico Vegabajeño.
Esto es ambicioso y trabajoso, pero nuestros entusiastas compañeros, que ya no conocen límites para realizar actividades de creativo provecho cutural, determinaron que era el momento preciso de integrarnos en un proyecto tangible permanente. El 1 de febrero enviamos una carta al alcalde de Vega Baja, Marcos Cruz Molina informándole nuestra intención, la Legislatura Municipal atendió el asunto el 9 de febrero y el día 13, el Alcalde autorizó disponer de un local municipal para comenzar. Estaba ajeno a la buena nueva que en tiempo récord y con mucha diligencia se atendió, lo cual nos fue notificado apenas ayer jueves en la tarde.
La antropología es definida por la Real Academia de la Lengua de la siguiente manera:
2. f. Ciencia que trata de los aspectos biológicos y sociales del hombre.
Cuando diseñamos el título Museo Antropológico Vegabajeño suponemos que hay una antropología vegabajeña. Eso tal vez sea el segundo gran salto hipotético de nombrar algo que en el camino tenemos que probar, como cuando en la década de 1960, el escritor Julio Meléndez publicó Literatura Vegabajeña donde él mismo cuestionaba si era legítimo denominar algo con un nombre más grande que su contenido, de acuerdo como se agrupan los géneros.
Para fines de la historia de la procedencia, es menester ser fieles a los orígenes. Carlos Ayes Suárez, Vicepresidente de la Junta de Directores de la Escuela de la Historia Vegabajeña, candidato a doctorado y un reconocido antropólogo, arqueólogo e historiador vegabajeño ha sido custodio de los grandes tesoros de objetos vegabajeños que pertenecen a la desaparecida Sociedad de Investigaciones Arqueológicas e Históricas “Sebuco”, que desde la década de 1970 realizó mucho rescate cultural. También, su participación en las comisiones arqueológicas estatales, designado por varios gobernadores, empleado bajo los alcaldes Manzano y Sánchez de Manatí y su continua labor en toda la isla, le ha dado la experiencia y la percepción amplia para sugerir que fuera un museo de carácter abarcador, con un nombre que así lo reflejara.
Siendo Carlos la persona mejor preparada y experimentada de nuestra asociación y con el ofrecimiento generoso de que nuestro museo será el destino final de las colecciones que posee, el será nuestro primer curador. Un curador es la persona más importante de un museo por cuanto determina, ejecuta e inspira la entraña mas profunda, la razón de ser de un museo. Tener a Carlos como un recurso, es un lujo de primera mano que le permite regresar a servir directamente a su pueblo, como lo ha venido haciendo con sus distintas aportaciones a nuestra institución.
Ahora nos corresponde trabajar en la parte legal y la técnica del museo. Habremos de asumir por un primer año el arrendamento municipal, recibir la propiedad, hacer los planos de utilización y trabajar el edificio para obtener los permisos, servicios y utilidades pertinentes. Nos mueve hacer algo digno y correcto para nuestra ciudad. Entre nuestras metas a corto y largo plazo está que en los próximos seis meses podamos presentar nuestra primera exposición y trabajar desde nuestro museo para servir la cultura de forma permanente a los vegabajeños y los puertorriqueños.
Agradecemos al señor alcalde Marcos Cruz Molina, los funcionarios y empleados de la Casa Alcaldía, al señor Presidente de la Legislatura Municipal Rafael Martínez Santos y a los legisladores municipales por su pronta respuesta. Esto añade energía a nuestros compañeros porque sienten que su labor colectiva es apreciada.
Categorías:Análisis, Historias, Vegabajeñismo
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