Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

Cuando comenzamos hace algunos años esta tarea siempre pensamos que nuestro futuro estaría siempre en renovación, ya que esta llama del interés por la historia de Vega Baja siempre tiene que estar en continua revisión, porque la humanidad evoluciona.

Hemos dado energía a muchos proyectos dentro de la Escuela de la Historia Vegabajeña. Algunos no los hemos continuado por darle énfasis a otros de más visibilidad social o de preferencia entre los Investigadores. Pero no hemos tenido descanso, porque la fuerza dinámica de esos maravillosos seres humanos que simbióticamente nos servimos, es una energía motivante para todos.

El local donde realizamos nuestras actividades los miércoles ya no tiene espacio suficiente. Algunos se quedan de pie porque no hay suficientes sillas. Cada día son más los visitantes y los que trabajamos por la cultura local bajo nuestra institución en el espacio compartido. Esto no lo desalentamos porque es una oportunidad que tenemos para apreciar mejor lo que nuestros vegabajeños han aportado y de renovar, como hemos dicho, nuestra continua misión y visión.

Vamos a aprovechar y seguir compartiendo la efervescencia cultural. El trabajo no nos es impedimento sino fuente de aliento, combustible motivacional y ascensor de nuestro espíritu colectivo.

Cuando mis compañeros toman la iniciativa de patrocinar, colaborar, divulgar  o crear la historia vegabajeña o la cultura en general, pienso que las metas colectivas se están cumpliendo.

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