Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Fotos por Jose Luis Maldonado Quiridongo (Luigi)
El teatro es una parte de mi vida. Hasta donde sé, mis antepasados y parientes cercanos participaron en presentaciones municipales. De niño, no me perdía las obras y fue una de las favoritas lecturas en mis estudios de humanidades en la Universidad de Puerto Rico. El cine tiene también un espacio en mi interés, pero el teatro es una de esas pasiones que corre en mi interior y que se ha transmitido a mi hija Jessica y a mi nieta Vianca, que recién fue aceptada para estudiar teatro en Miami. Mi padre, por su parte, recogió la historia del teatro vegabajeño en un escrito para el libro Vega Baja, su historia y su cultura. Aparte de representar un personaje en los tribunales, que eso es lo que hacen los abogados, sólo he sido un espectador. Confieso que lo disfruto y admiro a los teatreros.
En los últimos tres años, la administración del Teatro América, bajo la excelente administración de David Muñoz y los empleados de esa facilidad, ha celebrado el Día Internacional del Teatro y aprovecha para dedicarlo a una de las muchas personas que han marcado la historia de esa actividad humana en nuestra ciudad. El primer año culminó con la dedicación de la sala principal a Evaristo Otero Rosa. El pasado año se honró la labor de Elsia Cruz Torruellas y este año le correspondió a Ricardo Marrero.
El paso de este maravilloso ser humano ha tocado la vida de muchos vegabajeños, por lo que fue reconocido por sus discípulos, sus compañeros de trabajo, el alcalde, que fue también su igual en el sistema de educación pública y por el público que esperábamos por la presentación de la obra de la noche.
Ricardo ha tenido una carrera exitosa y digna de encomio. Ha trascendido del salón de clase para incorporarse al profesado universitario y continuar aportando en las distintas facetas del arte teatral. Fue, pues, oportuna la dedicación y justo el reconocimiento a uno de los grandes pilares de la educación vegabajeña.
El anfitrión de la noche, David Muñoz, vuelve a jonronear con las bases llenas. Y ha puesto a Ricardo en la perspectiva histórica de nuestro pueblo. Gracias a ambos, porque representan la vida, la ilusión, la fantasía, la realidad y tantas emociones y pensamientos humanos que forman nuestra existencia.
Categorías:Análisis, Historias, Vegabajeñismo
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