Por Margarita Persico (Sierra)
Vegabajeña residente en Boston
Anoche en el tren de Cambridge hacia Boston, un anciano musulmán, en su vestimenta tradicional, se sentó al frente de mi. El carro del tren estaba casi vacío, quizás 4 hombres y 1 mujer, yo. Al salir, el anciano musulmán me llamo la atención—alzo su mano, y se despidió con una gran sonrisa. Yo me despedí.
Siempre hablo con todos los que me encuentro. No sabia, ni se porque que no hablo conmigo durante todo el tiempo de su viaje en el Red-Line, quizás porque no hablaba ingles. Pero cuando llegue a casa cerca de las 10:30 pm, me entere del bombardeo en retaliación por las muertes 80 civiles.
Triste ambas situaciones—el que ellos asesinen a sus inocentes civiles y el que EE.UU. este envuelto.
A lo que ha llegado este mundo. Estuve en ayuna de la noticias, y seguiré. Mis pensamientos van hacia la paz.
Categorías:Análisis, Vegabajeñismo
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