Por Miguel A. Ojeda Trinidad, Legislador Municipal PIP
Anoche sufrí una de mis más grandes decepciones como legislador municipal. El alcalde Marcos Cruz, trepado en su salario como nunca antes lo tuvo en su vida como educador, quiere mantener grandes ingresos junto a los demás funcionarios públicos de la élite popular de Vega Baja a costa del sacrificio de sus demás compañeros populares, que son empleados públicos también y de aquellos otros -los menos- que pueden pertenecer a otro partido.
La Legislatura Municipal tiene ante sí el estudio del presupuesto que presentó ante la Legislatura Municipal el pasado viernes donde reduce casi la mitad del salario y la jornada laboral a los empleados de carrera, mientras el salario del alcalde y los funcionarios (ayudantes y directores de agencias municipales) solamente se les reducirá el diez por ciento.
Hay rumores de que algunos de los funcionarios presionaron al alcalde con renunciar e irse a otros lugares si el alcalde hacía una reducción sustancial como lo iba a hacer con los empleados regulares. Por otra parte, el alcalde pudiera estar personalmente pensando que si se reduce su salario y pierde el poder político en 2020 o antes si lo destituyeran por alguna razón, perderá dinero que puede ganar en los próximos meses. Pura gula. En resumen, toda esa actitud prepotente parece reducirse a un interés económico. Se acostumbró a ganar más dinero y su orgullo no le permite bajar su estándar de ingresos y menos hacer un sacrificio que demanda los nuevos tiempos, como lo he sugerido anteriormente.
Pero si me apena la condición de ese ser bueno pero confundido, es patética la reacción de los miembros de la mayoría popular de la Legislatura Municipal. Su actitud de complacencia y servilismo que a veces reniegan con expresiones aparentemente dramáticas desde el hemiciclo, pero no con actos afirmativos cuando tienen la oportunidad. Ellos han decidido imprimir su sello de goma, sin discutir responsablemente y liquidan en tres horas toda discusión y consideración del Presupuesto.
A los empleados de la Legislatura Municipal y los legisladores municipales se nos otorga inmunidad del descuento de ingresos. Como si no fuéramos parte del Gobierno Municipal. Absurdo, pero es la manera de gobernar del alcalde de Vega Baja. Al toque de su flauta, como el de Hamelín, los legisladores municipales del Partido Popular le siguen absorta y ciegamente en esta gran injusticia a los empleados regulares municipales.
Este es un presupuesto amañado, hecho de mala fe, como en los tiempos precedentes que el mismo alcalde ha señalado. No es raro que lo haga el primer año de su segundo término, que es cuando usualmente los gobiernos aprietan para que el último año aparezcan como salvadores y buenos proveedores.
Lo que pasa es que ahora se establecen los privilegios en forma legal, embriagados en la creencia de que van a tener el poder eternamente. Los otros robaban pero lo hacían secretamente, hasta que uno de ellos mismos los delató. Estoy seguro que no seremos los mismos cuando se apruebe finalmente la pieza legislativa que regulará a donde irá el pago de gastos de nuestro municipio. También estoy seguro que no les gusta que les señale este criterio sobre lo que están haciendo. Pero contrario a ellos, mi compromiso es con todos y no busco ni tengo privilegios políticos.
Ya sabemos que el Presupuesto contendrá un sacrificio para todos, menos para Marcos Cruz Molina y su élite de poder.
Categorías:Análisis, Vegabajeñismo
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