Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

Soy una persona de fe y llena de esperanzas. Y confío en Marcos Cruz como una persona honesta y trabajadora y en la Legislatura Municipal como el brazo legalizador y fiscalizador de los proyectos locales. Pero noto que desafortunadamente, no hay ideas trabajando para rehabilitar el pueblo. Que pasen estos dos cuatrienios y que en la campaña del 2020 el alcalde diga que tiene un plan para propósitos de convencer en las elecciones, no me parece que es una buena idea. Será tarde, aun para las personas de mucha fe.

Llevamos cuatro años esperando que el centro del pueblo, que llamamos el casco, reviva. Lo que encontramos es que las ideas de los pasados alcaldes no funcionaron y que las que sometió Marcos Cruz en sus discursos en informes anuales, tampoco.  Comencemos por las ideas abortadas. 

El Vega Baja Ciudad Universitaria  Bilingue se quedó en los croquis y propuesta de su autor, el in geniero  José Francisco Náter. El alcalde, que siendo legislador municipal lo sometió,  lo defendió, lo incluyó en su programa político de 2012 y en uno de sus mensajes de presupuesto a la Legislatura Municipal, pero ¿saben qué…? Nada saben, porque nada se hizo. Tampoco hubo la cortesía en decir porqué no lo siguieron. Esto hubiera significado mucho para la economía vegabajeña y nos hubiera colocado en un lugar privilegiado. 

El Festival Gastronómico, cuyo fin era reavivar el pueblo aunque fuera una noche al mes, se lo llevaron provisionalmente a la Playa Puerto Nuevo con la excusa de que iban a restaurar la Plaza José Francisco Náter. Cuando se restauró la Plaza, cambiaron para celebrarlo cada vez en sitios distintos. Lo llevaron al estacionamiento de la Cooperativa y también cometieron la locura de trepar la gente en el sitio peligroso que es el estacionamiento municipal, un local en desuso que es un «elefante blanco» que se construyó bajo la administración de Luis Meléndez Cano y que ya debe demolerse o venderse porque de Plaza de Mercado, como era el concepto antiguo y como se llama, nada tiene. 

En el casco del pueblo hay menos negocios que nunca antes, más locales y edificios vandalizados y vaciados de puertas y ventanas, siguen hurtando baterías y todo lo que esté a la vista. No hay incentivo que valga, pues no hay policía municipal ni estatal. Si algo funciona bien, que hay que ser justo decirlo, es el recogido de basuras y la limpieza general alrededor de la plaza. Esto se debe a que hay una persona dedicada y comprometida que supervisa adecuadamente a los empleados y ejercita una vigilancia constante. Pero algún día, si no hay gente, ni basura habrá que recoger. También la Oficina de Servicios está bien administrada con personal cortés y servicial pero si no hay ingresos municipales (que generan los negocios con patentes, contribuciones mueble e inmueble y el IVU) ), no va a ser rentable la misma.

Yo sé que María nos ha cambiado el rumbo de los pensamientos, pero ya ha pasado demasiado mucho tiempo para que no haya resultados. Los ciudadanos solo necesitamos ideas firmes, no teorías somnolientas que no nos dejen dormir a nosotros tampoco y que  nos llene de ansiedad y desesperación. No hay falta de comerciantes, lo que no existe son clientes que sientan la necesidad y el placer de acudir a un lugar donde puedan sentirse a gusto y que cumpla sus expectativas de consumo seguro y variado. 

Si la presente administración es capaz de generar un cambio en el centro de Vega Baja, ese será el retrato de su perfil.  De seguro contará para terminar con una evaluación generosamente positiva de parte de los votantes. Ahora, con las manos vacías y la ausencia de una historia de logros, deben formular o reformular una buena política pública para enderezar el entuerto.

Como dijimos, soy persona de fe y de esperanza aunque no veamos tirando bolas al lanzador ni bateando de cuadrangular con las bases llenas al cuarto bate del equipo local. Comoquiera, el juego no se acaba, hasta que se acaba. Yo apuesto al éxito, ero lo tienen que trabajar desde hoy.

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