El «Tilín» de mis recuerdos

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

Nicolás Pérez Urbistondo no era un universitario, ni era rico. Murió sin tener hijos y lejos de donde hubiera querido pasar sus últimos momentos de su vida. Parecería que es fácil de olvidar, pero no. Paradójicamente, la última vez que hablé con él fue cuando le informé de la muerte de su gran amigo Cuto Chapel.

Mensajero de la muerte nunca ha sido mi preferencia pero a veces hay que hacerlo para que concluyamos los ciclos de vida y podamos comenzar a germinar la historia en forma de semilla del recuerdo, que es lo permanente. Hace unos días informé su fallecimiento y ahora estamos promocionando la oportunidad de recibir sus restos en forma de esencia para el acto de recordación que le ofreceremos su amigos, la administración municipal, la Escuela de la Historia Vegabajeña y por supuesto, el Salón de la Fama del Deporte Vega Baja Melao Melao.

«Tilín» era un hombre carismático que generaba respeto. Tenía un carácter fuerte pero igual era jocoso y alegre. Tenía muchas anécdotas propias y ajenas. Disfrutaba contando y escuchando a los demás. Del gusto de la música que heredó de su madre, quien era maestra de piano y de su hermano que era instrumentista, fue un bailarín de excelencia que nos sorprendió hasta que sus pies ya no respondieron por su avanzado tiempo en la tierra.

Tenía un interés innato en la historia de su pueblo. Por algunos años nos reuníamos por las tardes en mi oficina donde hablaba del pasado de esta ciudad, de sus lugares y de la gente. Nunca lo escuché describir aspectos negativos de nadie y cuando lo hacía, no identificaba a la persona con su nombre. Había en sus conversaciones muchas dosis de amor para la gente y admiración para los mayores.

En su mundo como deportista, logró un reconocimiento en una competencia de levantamiento de pesas, pero se le conoce más por su labor gratuita como salvavidas en la Playa Puerto Nuevo. Pero no solo salvó vidas, fue un educador estricto con sus jóvenes estudiantes, porque sabía que más que un deporte de natación, su misión era salvar vidas cuando el mar estuviera calmado o cuando estuviera furioso. Aquí tengo que desviarme del agua, porque también Tilín salvaba vidas en la tierra. Así trató de hacer con mi abuelo Pipo la noche que sufrió un infarto en la joyería de su propiedad. Tanto él como Norberto Otero (Quiro) lo llevaron al Centro de Salud tratando de que no muriera aquella triste noche de 1971. Esa deuda impagable de mi familia con él nos mueve a propagar lo que estimamos era su hermoso ser interior.

Al principio de mi carrera como abogado, Tilín me consultó sobre los requisitos que se habían establecido para los nuevos salvavidas. El estado tenía otros planes de que tenían que ser certificados por la Cruz Roja Americana, si no, no podían ejercer como tales. De trabajar con su padre en una gasolinera local, luego en la Central San Vicente, Ferretería La Principal y las industrias Casera, comenzó a trabajar en el Gobierno Municipal bajo la protección del alcalde Luis Meléndez Cano.  Y digo protección porque recuerdo que ese alcalde acostumbraba darle oportunidad a los envejecientes para completar requisitos para una pensión. Mental y físicamente, Tilín fue un gran empleado, por lo que su rendimiento . Como nonagenario avanzado, se retiró luego de servir como instructor en la piscina municipal que lleva su nombre y como custodio del Salón de la Fama del Deporte Vega Baja Melao Melao.

Antes de dedicarle con su nombre la piscina municipal, Tilín fue honrado con un lugar en la Playa de Vega Baja, que bajo la administración del siguiente alcalde fue despojado de su nombre. También lo acosaron en su trabajo, pues querían su plaza para una persona del partido de gobierno. Para hacer justicia por ese atentado a la moral de nuestro pueblo y contra una persona tan amada, sus amigos decidimos ubicarlo en camino permanente de la historia deportiva de Vega Baja.

En 2013 se le reconoció su labor de servicio en la Exaltación de ese año. En 2014 la Escuela de la Historia Vegabajeña se dedicó a escribir su historia y a producir varias actividades donde él nos contaría su pasado, lo que finalmente culminó en «9 décadas de vida vegabajeña». En 2016, lo seleccionamos para ser exaltado al Salón de la Fama del Deporte junto a tres deportistas adicionales. Siempre seguimos en contacto con él y su gran esposa María, sus hijos y sus nietos.

Hay mucho más para contar de Nicolás Pérez Urbistondo. Habremos de reunirnos para recordar esas anécdotas que todos tenemos de quien tanto quisimos.

Acto de recordación para Tilin Pérez el viernes 14 de diciembre a las 10 am

Tilín Pérez: 9 décadas de vida vegabajeña (primera parte)

Tilín Pérez: 9 décadas de vida vegabajeña (segunda parte)

https://enciclopediavegabajena.com/2018/12/02/los-vegabajenostilin-perez-9-decadas-de-vida-vegabajena-parte-3-la-entrevista-publica/

 

 



Categorías:Vegabajeñismo

2 respuestas

  1. Soy sobrina de Tilín, Era. Silvia Luz Reyes Pérez muy orgullosa de.mi tío…nuestro abuelo Nicolás tocaba el bombardino, tío Paco cantó con el Trío Vegabajeño y mami, Luz Maria también cantaba…
    Y tú y yo estudiamos Derecho en la Interamericana…a menos seas su hijo…un abrazo.

    • Gracias por tus comentarios. Importante información sobre la trayectoria musical de la familia. No teníamos eso. Se que la abuela tomó clases de piano con Trina Padilla de Sanz y hay un retrato de ellas dos con otras estudiantes de música. Que bueno saber de tí y la relación con el gran Tilín. Mañana lo despediremos en una actividad de recordación. Me gustaría que si es posible estuvieras. Gracias de nuevo.

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