
Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Esta noche estoy pesimista. Mucha gente juega a la gallinita ciega. Hay mucho bullying de todos lados. Acompañado de una ansiedad incontrolable y actitud de “quitate tu pa’ ponerme yo”.
Desde principio de esta semana se activó la oposición popular. Y los penepés de la Cámara de Representantes salivan por la cabeza de la gobernadora para beneficiar al candidato usurpador del verano pasado. Al mismo que no quisieron par de representantes y la otra cámara, pero se acomodaron después porque lo vieron entonces como el candidato ganador del futuro.
A ninguno de ellos les interesa el pueblo. O por lo menos, demuestran que consideran a los ciudadanos como de segunda prioridad después de ellos. Y lo que les interesa es prevalecer en el poder como primera opción. Para que los próximos tres años después de la elección soportemos sus escándalos personales, sus ideas inentendibles y sus imposiciones perjudiciales. No hay políticos eclécticos en el panorama, cada cual está en la búsqueda de lo que ayuda a prevalecer.
Eso siempre ha sido así. De joven estuve allí apoyando a otros rostros de una sola tendencia en el pasado. Pronto ellos se dividieron y las lealtades de los estadistas se fueron con el partido que había partido al Partido Estadista Republicano. Y simultáneamente, el Partido Popular se había también partido. Ambiciosos de todos lados se agrupan con cada división. Aprendí entonces lo que era transformación permanente de intereses económicos bajo un supuesto ideal colectivo. Los ideales mezclados con interés de gobernar lo que hacen es crear un estado de esclavitud a los que tienen creencias afines y entonces se da el abuso que se repite y repite como el conejito de Eveready.
Hice el crossover con políticos de todas las ideologías buscando una fórmula de hacer crecer la fe lacerada que había puesto en otros. Me siento contento de convertirme en un descreído y de haber evolucionado a la tolerancia de saber que el mundo no se acaba cada vez que un proyecto bueno fracasa. Mas adelante vive gente, como decía mi primo Felipín Collazo. Y eso me ha permitido ver gente sana y bienintencionada que antes no me eran confiables.
Esta noche estoy deprimido pero sé que no es mi culpa, son los aires contaminados de la época del año de política. Los candidatos están tirando el lodo que pueden a la otredad y viceversa. Y los que siempre han sido de una ideología, no dan atrás ni un ápice, porque recuerdan que le deben el trabajo o el contrato que tuvieron o el que tendrán a los que han apoyado o apoyen. Siguen siendo mamalones, como decía el ilustre maestro Sanabria.
En la periferia, encontramos a muchos opinando con un sí comprometido con quienes se identifican y no para los demás, independientemente de los méritos de cada issue. Para mi, no es saludable pensar que aunque uno sea de una ideología siempre tenga un si favorecedor o un no condenatorio para todo. Es una venda en los ojos y una esclavitud de la que solamente nosotros podemos liberarnos.
Estamos en la continuidad de la división de nuestro pueblo, una verdad que sigue rondando porque el ciudadano común no se mueve a creer otras cosas.
¿Alguien quiere que se repita lo mismo a partir de enero del próximo año y que estemos dos años mas en el sufrimiento acostumbrado para volver el último año a escuchar iguales promesas por los viejos actores de la política?
Categorías:Opinión
El comienzo de un final indetenible… Lamento como te sientes Jimito. El dolor de lejos (NC) es en mi caso anestesiado por transculturacion y la realidad de parecer ser mejor fuera del terruno. Irma, Maria, temblores y virus en tan poco tiempo saca lagrimas a cualquiera.
Mas aun ver estos “casi boricuas” lucrandose del dolor del pueblo… Masos de hienas con conciencias cauterizadas. KARMA les visitara…
Así es.
Se necesita otra manera de pensar para desarrollar a Puerto Rico. Será posible?
Si. El puertorriqueño es muy creativo. Pero el plan tiene que ser uno que incluya a todos los sectores y todos los pensamientos. Que la meta sea la discusión libre y el convencimiento. Y que haya una dosis alta de eclecticismo para poder llegar a soluciones prácticas y permanentes.