
Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Yo no sé cuál es la persona más vegabajeña que haya existido, pero tengo mis sospechas. Para hacer una determinación como tal, hay que examinar vidas completas desde que existe el gentilicio y eso, no me parece tarea fácil. Repasemos primero lo que es ser vegabajeño.
Ser vegabajeño no aparece en ninguna ley, ordenanza o reglamento. Para fines electorales al igual que para otras leyes, se determina quien es residente en Vega Baja a base del tiempo que haya vivido en Vega Baja. El tiempo puede tener que ver con el amor o su intensidad, pero también existe el amor a primera vista. Por eso, una de las maneras de definir a un vegabajeño es por admisión de amor al pueblo y los compueblanos y otra, por reconocimiento de los demás. El ser vegabajeño, es pues un sentimiento de amor por un lugar y una gente, Vega Baja y los vegabajeños. Pero la segunda manera que es que los demás te consideren como tal, solo se da si hay reconocimiento social. Hace unos años había una manera oficial cuando las ramas de poder vegabajeño, el alcalde y la Asamblea Municipal, hacían una declaración de “vegabajeño adoptivo”.
Un vegabajeño puede nacer dentro de nuestro territorio o en cualquier otra parte del mundo. Y de hecho yo estimo que la mayor parte de nuestros compueblanos no nacieron aquí. Comoquiera, identifiquemos a los buenos vegabajeños que pautan el modelo.
De las personas que la historia nos ha traído para nuestro conocimiento como importantes en el desarrollo de Vega Baja tenemos que contar con los alcaldes que se han desempeñado con más dosis de interés que otros. Aunque reconocemos más los del Siglo XX, en especial a José Francisco Náter, Angel Sandín Martínez, Rafael Cano Llovio y Luis Meléndez Cano, en el Siglo XVIII y principios del XIX tuvimos al teniente a guerra y folclóricamente fundador de Vega Baja, Manuel Negrón Maldonado y en el Siglo XIX a José Gualberto Padilla y José Pastor Robles.
Responsables de plasmar el vegabajeñismo en las letras tenemos que nombrar a Salomón Alvarez y sus hijos con la imprenta y sus publicaciones de Vega Baja, a la generación de 1930 con su Renovación y Anclas, entre los que se encontraba Pedro Juan Brull y Fermín Arraiza, a Agustín Alvarez Rodríguez, José Luis Martín con el Romancero del Cibuco y más adelante los literatos Julio Meléndez y Adrián Santos Tirado. En la historiografía tenemos a un poco recordado investigador e historiador, Luis de la Rosa Martínez. Pero hay muchos más.
En la música hay muchos buenos vegabajeños notorios por su desempeño y aportación, pero el único que cargó desde que nació hasta que murió el nombre de vegabajeño y lo llevó a distintos lugares del mundo, fue Fernando Alvarez Lomba, creador del Trío Vegabajeño. Su aportación trasciende su larga vida. Para mi, ahí está el más buscado, el más vegabajeño de todos, sin menoscabo de los demás y de muchas mujeres que aun no he nombrado que también merecen su lugar en la historia.

Categorías:Alma de los vegabajeños, Vegabajeñismo
Ser vagabajeño es defender el entorno natural de nuestro municipio.Hay que establecer ordenanzas municipales para multar a los que botan escombros en nuestro pueblo. Aquí en Nueva York la multa es de $10,000.00 a $50,000.00 y se confisca el vehículo.
De la misma manera se debe multar a los que vienen a la playa de Vega Baja a abandonar perros y otras mascotas. Ser vagabajeño no es meramente establecer un discurso y participar en las tres B. Jimmy, admiro tu esfuerzo en promover todo lo bueno que ha dado y tiene nuestro pueblo. Espero tu publicación multiplique su audiencia. Dios bendiga a todos los buenos vegabajeños.