Por Thomas Jimmy Rosario Martínez
Yo siento gran admiración por los poetas. Primero, porque cada vez que hacen pública una creación, regalan un pedazo de su alma. Segundo, es un acto de valentía que algunos con talento de escribir no dan porque reservan su obra para su privacidad personal o familiar. Es también un acto de generosidad social que dice mucho de su interior.
Admiro también al poeta vegabajeño que expresa sus pasiones interiores mirando su entorno. Yo se que ser vegabajeño es un sentimiento, pero tratar los temas de Vega Baja nos emociona igual cuando proviene de una persona tocada por el vegabajeñismo. Hay cientos de ejemplos de ello en el último siglo.
El entorno que hablo son las personas, lugares y sucesos de nuestra ciudad. José
Para la década de 1960 conoceremos a Adrián Santos Tirado quien más adelante nos dará el hermoso poema convertido en nuestro himno «Más dulce que la miel». Nuestro poetas continuarán esa tarea de escribirle a la patria chica poetas como Casilda Santos con «A Puerto Nuevo» y Clara Rodríguez Torres con «Mar Bella», «Clase Graduanda 1969» y otras.
Hay mucha producción literaria con temas vegabajeños. El Profesor Luis Mejías había logrado conseguir cerca de tres decenas de poesías, pero hay más. Abramos desde esta oportunidad la misión de conocer y divulgar las aportaciones de nuestros poetas, porque eso es una parte esencial de nuestra historia.