Historia de la Fotografía Vegabajeña| El trágico Equipo de Volibol Femenino de 1970

Por Thomas (Jimmy) Rosario Flores

En estos días se cumplen 50 años del trágico accidente aéreo donde despareció el conjunto de las jóvenes que conformaban el equipo de volibol de Puerto Rico, en un viaje de regreso desde la República Dominicana.

En el portal de la Federación Puertorriqueña de Volibol se resume la tragedia:

«Por Jessica Rosa Andino

El 15 de febrero de 1970 el vuelo DC-9 de Dominicana de Aviación partió de República Dominicana hacia Puerto Rico, pero nunca llegó. La nave cayó en aguas del Mar Caribe. 102 personas fallecieron y entre ellas se encontraban las 12 de las 13 integrantes del Equipo Nacional de Voleibol Femenino y su cuerpo técnico encabezado por el dirigente Juan Ramón Loubriel y su asistente Fernando Jiménez.  

Carmen Rosa Sabater, la mayor del grupo con 24 años y capitana, regresó a Puerto Rico un día antes acompañada del presidente de la FPV, José Nicolás Palmer, para participar en la Cena Olímpica, sobreviviendo así al fatídico accidente. 

Ante a tragedia, el Comité Olímpico le pidió al luchador Luis Báez, quien había sido escogido abanderado, permitirle tal distinción a Sabater. Así la voleibolista fue la abandera de la delegación y asistió sola a la ceremonia sin sus compañeras Carmen Zoraida Figueroa, Lolita Villegas, Iris Rodríguez, las hermanas Maritza y Rosa Bernal, Rosa Rivera, Belinda Correa, Hortensia Otero, María de Lourdes Sánchez, Nayda Cardona y Belinda Correa. 

En ese viaje también murieron varios familiares de las jugadoras, y el campeón mundial de boxeo boricua Teo Cruz, su esposa Mildred y sus hijos Carlos y Herminia.

“Hoy se cumple 50 años de esa tragedia. Es un día que nunca debe de ser olvidado porque perdimos a nuestra Equipo Nacional que se preparaba para participar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1970 en Panamá”, expresó el doctor César Trabanco, presidente de la Federación Puertorriqueña de Voleibol (FPV). 

“Este día debe de ser siempre recordado por nuestra familia del voleibol y nunca se debe pasar por alto esta tragedia. Muy pocas veces se habla de este incidente, solo por los que seguimos el voleibol todos los días. Es por eso que, en la FPV, queremos recordarlas como siempre y como se merecen en cada una de nuestras canchas”, indicó el líder federativo sobre los partidos de esta noche en la LVSF.«

La foto que se muestra junto a la información del 15 de febrero de 2020 fue publicada también por endi.com y antes por El Vocero pero nunca le han dado crédito a los fotógrafos que produjeron ese pedazo de historia.

Tenía un hermano menor muy querido que se llamaba Albert Rosario, quien en Manatí tenía negocio de fotografía y era muy apreciado por la comunidad del vecino pueblo. Una noche me informó que iba a retratar al Equipo Femenino de Volibol y le sugerí que lo hiciera con placas a color que le ofrecí, pero me indicó que era un servicio para donarlo y que se publicaría en periódico, por lo que tenía que ser en blanco y negro.

La actividad sería en la Escuela Severo Quiñones. Cuando terminó su gestión, me entregó tres placas de negativo que procesé en mi laboratorio en Vega Baja. Tan pronto hice las copias de los retratos, puse una en exhibición en mi negocio de Fotografía Rosario.

El crédito fotográfico debe quedar para siempre con el nombre de Albert Rosario Flores.

En el primer año en el Colegio Regional de Arecibo mi hijo fue condiscípulo de Rosita Bernal, una de las atletas. Su onomástico era igual, habían nacido un 30 de noviembre. A él le afecto su pérdida por la gran amistad que tenían. Fue al sepelio en Isabela a despedir sus restos porque no pudo aceptar su invitación para viajar con el equipo a la República Dominicana.



Categorías:Historia de la Fotografía

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