Historia Vegabajeña| La crítica en el arte de los vegabajeños

Thomas Jimmy Rosario Martinez por Rudy Rivera

Por Thomas Jimmy Rosario Martínez

Los artistas vegabajeños andan por el mundo creando y exponiendo. Están sembrando.

PEDRO BRULL TORRES (2)Pedro Brull Torres es una celebridad como pintor en PEDRO BRULL EN MELAO COLOMBIAOrlando. Su tocayo Pedro Brull Irizarry triunfa en Colombia, donde es toda una celebridad. Roberto Sierra acaba de ganar el XVI Premio SGAE de la Música Iberoamericana Tomás Luis de Victoria, cuyo objetivo es otorgar el más alto reconocimiento público a un compositor vivo por haber contribuido sustancialmente al enriquecimiento del acervo musical de los pueblos hispanoamericanos a través de su obra creativa.

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Porque el boxeo es un arte más que un deporte, el artista del pugilismo Emmanuel (Manny) Rodríguez acaba de darnos un nuevo campeón mundial. El invicto le ganó a su oponente Paul Butler en Inglaterra.

Anteriormente, Juan Tizol salió de Vega Baja muy jóven para triunfar en las grandes orquestas de Estados Unidos como compositor y músico. Fernandito Alvarez constituyó uno de los mejores tríos de guitarras no solo de Puerto Rico, sino ejemplo para toda hispanoamérica. Mi pariente Pepito Torres estuvo en otros países tocando con grandes artistas antes de venir a disfrutar su conocimiento y ejecución y a concluir su vida artística con la famosa Orquesta Siboney en Puerto Rico. Maggy fue la «Reina de la Juventud».

 

BAD BUNNY EN CONCIERTO

Anoche un vegabajeño, Benito Antonio Martínez Ocasio, mejor conocido como Bad Bunny,  se consagró como profeta en su pueblo al llenar el Centro de Convenciones Pedro Rosselló y ser acompañado en su debut grande de Puerto Rico por los más famosos de los artistas de su género y de otros.

Como es natural, hay voces que lo critican, como también lo han hecho con los demás. Bad Bunny es un personaje, detrás del cual está un ser humano joven en el que las empresas confían porque no está en malos pasos como otros y tiene una sensibilidad más allá del glamour del espectáculo. Esto está  probado cuando  hace apenas meses atrás cuando hubo la crisis del huracán María y con un gran sentido de pertenencia hacia su barrio y su pueblo.

Algunos se han dado en lamentar las letras de algunas de sus canciones. Pero eso no es nuevo. Los moralistas una vez quisieron que se cambiara la letra de la canción «Pecado» del argentino  Carlos Bahr porque la consideraban blasfemica:

Yo no sé si es prohibido,
si no tiene perdón,
si me lleva al abismo,
sólo se que es amor.

Yo no sé si este amor es pecado que tiene castigo,
si es faltar a las leyes honradas del hombre y de Dios.
Sólo sé que me aturde la vida como un torbellino,
que me arrastra y me arrastra a tus brazos en ciega pasión.

Es más fuerte que yo que mi vida, mi credo y mi sino,
es más fuerte que todo el respeto y el temor a Dios.
Aunque sea pecado te quiero, te quiero lo mismo
aunque todo me niegue el derecho me aferro a este amor.

A Pedro Flores, le cambiaron la letra de «Bajo un palmar» porque la palabra «coger» era vedada socialmente; significaba tener sexo y eso, en aquellos tiempos, era de rechazo social:

Yo tuve un sueño feliz, 
quise hacerlo una canción 
y mi guitarra( cogí, pedí). 
Puse todo el corazón
concentre pensando en ti, 
volaron las palomas del milagro 
y escucha dulce bien lo que escribí.

Hasta la letra de Preciosa de Rafael Hernández quisieron sustituir, por razones políticas esta vez,  «no importa el tirano te trate con negra maldad» por «destino cubierto de gloria».

La letra de las canciones que he podido leer o escuchar de Bad Bunny sólo refleja el hablar cotidiano y la actividad humana en Puerto Rico y el mundo. No veo la maldad en describir con letras, palabras y frases lo que un pintor hace con colores y tonos de grises. Todos en un ambiente de confianza tenemos un lenguage escatológico y enfatizamos nuestra emociones con palabras y frases que usualmente no acostumbramos. Distanciarnos de eso es una gran hipocresía, es tapar la realidad y tratar de controlar la verdad con fantasía.

Los que ya dejamos atrás la juventud no nos es familiar esa peculiar manera de hablar o de expresarse y a veces ni música consideramos esa expresión cultural. Si la vida significa la búsqueda de la felicidad yo lo soy abriendo mi mente a la recepción de todos los sonidos. No puedo dejar de escuchar música, es tan parte de mi vida como la vida misma.

Mi oído está acostumbrado a Mozart, Bethoven, Bizet, pero también en la música clasica  damos espacio al contemporáneo vegabajeño Roberto Sierra, al actor Anthony Hopkins o al Beatle Paul McCartntey. Igual podemos escuchar a los «Mulatos del Sabor» (El Gran Combo), Rolando La Serie, Olga Guillot, mi favorito José José, Sandro, Raphael y aun aquellos que parecen que no tienen voz como Julio Iglesias o los que parecen que hacen el ridículo como el «Cano» Estremera o el «Cuco» Rosario.

El compositor vegabajeño Edwin Crespo escribió una canción que se hizo famosa criticando la escuela pública en los años setenta, cantada por una de las orquestas o grupos que formó. El retrato de la sociedad no solo se obtiene por fotografías, hay intérpretes en todos los géneros artísticos y literarios. Si no, ¿cómo se hubiera dado el intercambio entre Padilla y Palacios en el Siglo XIX?  Uno defendiendo a los puertorriqueños, por los ataques viles del otro.

Yo no tengo duda de que Benito Antonio Martínez Ocasio tiene alguna clase de talento para que tanta gente pague por verlo y escucharlo. Dios o esa fuerza divina dota al ser humano de inteligencia y destrezas para forjar su destino. Si sigue esa ruta, tendrá un lugar especial en la historia de Vega Baja, Puerto Rico y el mundo.

Quizás sea un entertainer o un incipiente René Pérez Joglar.  Tal vez viene a revolucionar la música y sus previas dos presentaciones en el programa de Don Francisco sea el principio de una gran carrrera ya internacionalmente encaminada. Pero no menoscabemos el talento. El que no le guste, que no lo patrocine. Si no está muy informado sobre las tendencias contemporáneas, no podrá entender su valor actual y su crítica no nos servirá de mucho, pues será desestimada como insuficiente y hasta prejuiciada. Yo me voy del lado de la duda positiva.

Como vegabajeños tenemos que darle crédito justo y abonar los nuevos pinos porque si no lo hacemos, nos quedaremos sin arboleda.



Categorías:Análisis de la Historia Vegabajeña, Conceptos de la Historia Vegabajeña, Historia de la Música, Serie Vegabajeños, Thomas Jimmy Rosario Martínez, Vegabajeñismo

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